Pan

 

harina b

Hoy tengo una enorme necesidad de simplicidad. A veces la vida está tan llena de cosas. Lo cual no necesariamente es malo, pero sí puede dejarte con esa sensación que tienes cuando estás tratando de desenredar una hamaca de esas tejidas. Así que hoy Hecho en Casa se vestirá de blanco manchado de blanco. Hoy estamos de panaderos.

Hace unos años posteé sobre la aventura de hacer pan de masa agria, es decir, hacerlo desde la levadura misma. Que, debo admitir, por ahí que era un poco demasiado para quienes buscan empezar a probar su suerte con el horno. Cuando nos mudamos a Cusco abandoné a mis mascotas; no tengo todavía una base de masa agria. Así que hace unas semanas eché mano de la levadura fresca que compramos para hacer pizza (ya viene la entrada de eso, pero no hoy; hoy no quiero nada encima de mi masa). La puse sobre la mesa con cuatro ingredientes más: azúcar rubia, sal marina, harina, agua. Y punto. Desde entonces, ya no compramos pan; comemos pan hecho en casa. A diferencia del pan de masa agria, que precisa mucha dedicación, este es un toque.

Dice así:

Entibias medio litro de agua. Mientras más pura sea tu agua, más rico saldrá tu pan. Maniática soy; uso un termómetro para confirmar que no haya llegado a 40°C. Pero basta con que lo confirmes al tacto.

agua tibia b

Pones 20 o 30 gramos, o 25, o sea, un pedazo, de levadura, en un tazoncito, con un par de cucharaditas de azúcar rubia. O un poco más, un poco menos. Deshaces la levadura con las manos. Le echas encima un par de cucharadas de agua tibia (no caliente; si está muy caliente, la levadura muere en lugar de prosperar. Queremos que prospere.). Mezclas todo con los dedos hasta que tengas una pasta.

levadura fresca blevadura levando b 

La pones en un lugar calentito y protegido para que doble su tamaño. He encontrado que el hornito, apagado pero con la luz piloto prendida, es ideal. También puedes prender brasitas y poner tu levadura al lado. Lo que te haga más feliz.

Mientras tanto, pones sobre tu mesa un kilo de harina sin preparar. Le haces un hueco al centro, como un volcán. Cuando la levadura esté gigante, la echas en el cráter del volcán. Echas la sal también, al ladito.

mezcla 1 b

mezcla b

Le vas echando el agua. Poco a poco, mezclas la levadura con la sal, el agua y la harina que la rodea. No necesariamente debes echar toda el agua, y tal vez necesites echarle más; depende de la harina y de la humedad del día. Lo mejor en esto es practicar, para que tus dedos vayan aprendiendo cómo se siente una masa que ya tiene suficiente agua. Por ejemplo, yo descubrí que no tengo que mojar toda la harina; apenas ya puedo juntarlo todo, lo empiezo a amasar y poco a poco la masa va comiéndose la harina que la rodea. Así queda tiernita.

El amasado, entonces. No por ser simple deja de tener su truco. Nada, nunca, deja de tener su truco. La masa, como los caballos, necesita saber que tú eres el jefe. Trátala con amor y determinación. Tú llevas las riendas. Amásala con los talones de las manos, desde ti hacia afuera, y con una mano gírala un cuarto de vuelta. Regresa la masa hacia ti, como quien la dobla hacia adentro, y vuelve a presionar hacia afuera con los talones de las manos. No la aplastes con los dedos, no la machaques tampoco. Condúcela suave pero inflexiblemente a convertirse en su mejor expresión.

amasalamasa b

Para saber si está lista, hay dos trucos. Uno es presionar suavemente con el dedo; si la masa regresa, ya está bien. El otro, que me encanta, es tocarte con una mano el pallar de la oreja, con otra mano la masa. Si la textura es parecida, ya está bien.

prueba de la oreja b

Eso sí; no creas que eso va a pasar inmediatamente. Dicen que es prácticamente imposible sobreamasar una masa de pan. Así que entrégate al proceso, sírvete de él para darle forma física a las hamacas enredadas de tu cabeza.

masa b

Ahora, dale forma a tu masa. Puedes ponerla en moldes de pan, engrasados y enharinados, o en canastitas enharinadas, o darles forma de rollito o bola. Cúbrelos y ponlos a levar en un lugar protegido y calentito. Si no hay, invéntalo; una caja de cartón, con una botella de agua caliente envuelta en un secador, puede funcionar también.

molde b

Tal vez necesites una hora, tal vez dos, hasta que estén gigantes (el doble de su volumen inicial). Cuando estén casi gigantes, prende tu horno al máximo. Sí? Al máximo. Y cuando esté caliente puedes, si quieres, hacerle unos lindos cortes a tu pan. Si no, deja que la corteza reviente como le dé la gana. Igual quedará linda. Mete el pan al horno. Chequea después de unos 40 minutos; saca el pan del molde, si está enmoldado, y ponlo boca abajo. Toca con los nudillos el fondo del pan, como si estuvieras tocando la puerta de alguien que quieres que esté en casa.

Si suena a puerta, ya está listo.

pan b

Pero todavía no lo comas. Déjalo entibiarse, y así seguir cocinándose por dentro, para que quede perfecto.

Después échale, por supuesto, toneladas de mantequilla encima.

Las fotos las tomó Frank Cebreros. Gracias, Franki.

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Pan

1 k. de harina sin preparar

1/2 l. de agua tibia

2 cdas. de sal marina

2 cdtas. de azúcar rubia

20-30 gramos de levadura fresca

 

En un pequeño tazón, deshaz la levadura junto con el azúcar. Disuélvela con un par de cucharadas de agua tibia. Déjala reposar en un lugar tibio y protegido, hasta que doble su tamaño.

Haz un volcán con el harina. Pon en el cráter la levadura levada, la sal, un poco de agua. Mezcla todo poco a poco. Añade el agua gradualmente. Cuando puedas coger toda la masa en las manos, empieza a amasar hasta que tenga una textura lustrosa y elástica.

Dale forma a la masa y déjala reposar hasta que doble su tamaño.

Hornea a 200°C-250°C aproximadamente, entre 40 minutos y una hora. Para saber si está listo, toca con los nudillos la parte de abajo. Si suena a hueco, está listo. Déjalo enfriar antes de servir.

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Cómo hacer hermosas cometas (que no vuelan)

 

torta

La culpa la tiene el viento. En más de un sentido. Un día estaba trabajando en mi oficinita, y desde mi ventana veía los árboles doblarse hasta casi tocar el suelo. Lo comenté en el facebook, y mis amigas cusqueñas Tania y Mili me explicaron que así es en agosto, el mes del viento y de las cometas. El plan para hacer nuestras propias cometas y salir a volarlas fue el paso siguiente y obvio.

La cita fue en Llaullipata, una de las partes más bellas de Cusco, en casa de Anita Milla. No en vano tiene ahí una de las mayores atracciones de la ciudad, el Planetarium; esta ex hacienda descansa tranquila sobre la ciudad, rodeada de árboles, muy cerca del cielo. Cuando llegué, cargada de niños y dulces, me encontré con una especie de clase de manualidades en un nido con niños gigantes.

chambing 

mariposas

 cola

 mariposasHabía cometas en distintos estados de fabricación. Hasta habían hecho una cometita especial para mi pequeña Celeste.

mesa y cometa celeste

Sofía, la pequeña –y perfecta- anfitriona, no podía más de felicidad.

felicidadY cuando mi hijo Micael hizo su propia cometa, siguiendo las indicaciones de Tania (que ya las había hecho, y volado con eficacia, con sus sobrinos), su concentración total me hizo descartar definitivamente el trillado diagnóstico que una vez le hicieron. ADHD las wiflas!

mica marco

tania pega  mica corta    mica y tania pega

mica pega tb    mica cortando

adornos de mica

cola de mica 1

cola de mica

mica pita atrás

Lo lindo es que trabajaban todos. Mamás,

mili y anto

abuelas,

abuela

hermanitas.

manualidades gora pega  

El único que no hacía nada era Ken. Estaba ahí chocho, sentado en un sofá sobre otro sofá, con su look McCartney-en-Abbey-Road. Tal vez eso fue lo que hizo que la rubia se sentara a su lado. Eso, o el dudoso trago azul que le dio. Chicas, ya saben. Nunca acepten tragos azules de hombres descalzos en terno. Después te empiezan a hablar de una chica que entró por la ventana del baño, y terminas semidesnuda, con la mirada en el vacío y una estúpida sonrisa clavada en la cara.

cómo hace ken

Anita, en cambio, demostró que de hacendosa no la gana nadie. El domingo anterior había preparado nuestro encurtido de rocotos. Qué orgullo!

 rocotitos de anita

Después de algunas horas y un opíparo picnic, las cometas estaban listas y preciosas.

tres cometas

cometa azul claro

mica y su cometa

escudos

 

pita huascar  Mica aprendió a enrollar su pita huáscar para la cometa (que el siempre me había pedido como ‘pita huasca’ para sus trompos. Pensé que era porque hacía que el trompo girara como borracho.)

La idea era ir a la explanada que está al lado del Cristo Blanco, donde hay campo abierto y buen viento. Pero había una cancha ahí al ladito, y estaba linda, y de pronto ir hasta el Cristo Blanco dejó de parecernos buena idea.

en la cancha

cometa trasluz

  Así que comimos cupcakes cupcake

cupcake 2 

melona limpiecita melona limpiecita 2

mientras llegaban los demás con sus cometas. Y cuando empezaron a probarlas,

mica en la cancha

nos dimos cuenta rápidamente de que algo no andaba bien.

 cometa rota

Nuestras cometas se empezaron a romper en pedazos. Eso sí, nadie les quitaba lo hermosas. Tal vez debimos usar carrizo en lugar de ñihua, explicó Tania. Tal vez el viento estaba demasiado fuerte. Tal vez había que ir al Cristo Blanco.

Donde hacía mucho mucho frío y nuestras cometas terminaron más castigadas aún.

cometas rotasPero en el cielo había bandadas de cometas, como aves migratorias que no se deciden a irse.

bandada de cometas

  mica volando

La única cometa que no se rompió fue la minicometa de Celestita.

tania y cometita

celeste y cometita

Dani, la preciosa hija de Mili, hasta logró hacerla volar.

dani volando

Cuando todas las cometas menos esa se rompieron, capitulamos, nos comimos la torta de chocolate que abre esta entrada y compramos cometas modelo spiderman, bien feas, pero de volar, volaban.

melona mirona

¿Y a quién le importa eso? Lo más importante de una cometa es que haya nacido rodeada de niños chiquitos y gigantes cortando y pegando papeles de colores, y que al final del día, el suelo quede regado de corazones.

corazones

sonqora  

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La cometa teórica

{ Instruccional protagonizado por Tania Castro, poeta, actriz, narradora de cuentos, maestra y experta en la fabricación de cometas hermosas e  inútiles }

la cometa teórica

Haces una estructura con carrizo (no ñihua) y la atas con pita huáscar, o con pabilo. Refuerzas las junturas con tape.

tania atando 

 

 

 

  

Colocas tu cometa teórica sobre un pliego de papel de seda.

recortando

 

 

 

 

 

Recortas el papel unos centímetros alrededor de la estructura. recortada

 

 

 

 

Pegas con cola sintética el papel sobre la estructura.

pegando papel

Decoras la cometa como te dé la gana.

flores 

En la parte de atrás haces una pequeña red para centrar la pita con la que harás volar la cometa.

pita  

Haces una cola con lo que quieras, la pegas en la cometa, y listo. La llevas a que todos admiren cómo decora el suelo.

{ ok, ok; si tienes suerte y el viento está vigoroso pero no violento, también podrás verla volar. te sentirás enormemente feliz. }