Vino blanco caliente




Mientras esperábamos que naciera el nuevo bebé, todos los días hacíamos la buena caminata recetada por la doctora. Tenemos el privilegio de vivir en el campo, así que abríamos la puerta, seguíamos las vías del tren al lado del río y subíamos a las colinas, bajo los bosques de pino y eucalipto. Unos días antes de su nacimiento salimos con Frank, con mi doula y hada madrina Hannah (la maga de los postres del café Arábica de Miraflores) y con nuestra amiga Clara-Isabel, gestora junto con su novio Alain de los cinco ChocoMuseos en Centroamérica y el Perú. El sol radiante de la tarde desapareció de pronto mientras volvíamos a casa, así que nos pareció una idea excelente descongelarnos con un vino caliente. Plop: la botella de vino tinto que estaba segura de tener en casa se había transformado misteriosamente en un Riesling. Casi tiramos la toalla, hasta que me pregunté si no podríamos encontrar en internet a algún perspicaz que hubiera inventado una receta para vino blanco caliente. Hannah, que nunca se da por vencida cuando se trata de descubrir nuevas recetas, me aseguró que de todas maneras la encontraríamos. Mientras ella hacía una búsqueda en inglés yo hice una en francés. Bueno, no solo encontré una receta; descubrimos que en Alsacia, la tierra de Alain, el vino caliente se preparaba tradicionalmente con vino blanco. Los vinos sugeridos? Riesling o Pinot Blanc. Un día de coincidencias felices.
El vino blanco francés ha sido un descubrimiento también para los alsacianos (Alain, por ejemplo, nunca lo había probado), quienes recién en el 2011, durante el mercado navideño de Estrasburgo, se reencontraron con esta tradición perdida, gracias al entusiasmo de un grupo de enólogos, restauradores y periodistas. La Tribu des Gourmets du Vin d'Alsace publicó la receta e impulsó a restauradores y productores de vino a que lo ofrecieran. La acogida fue masiva. Para Charles Brand, enólogo y cofundador de la Tribu, su encanto está en la ausencia de taninos en el vino blanco. Al no ser amargo, no es necesario ocultar la astringencia con clavos de olor.
Y cómo quedó? Exquisito. Bello, además; como el brebaje queda claro y traslúcido, los frutos cítricos y las especias resplandecen en la copa. Estábamos todos con una copa en la mano y una sonrisa en los labios, preguntándonos dónde había estado este néctar todo este tiempo. Así que, con ustedes, aquí está: la receta de vino blanco caliente de la Tribu des Gourmets du Vin d'Alsace. Su blog de confianza, Hecho en Casa, sigue ofreciéndoles las últimas primicias medievales.



Esta es una de las recetas que aparecen en La Marmita Encantada

Vin Blanc Chaud d'Alsace
1 lt. de vino blanco (yo usé la típica botella de 750 ml. y todo bien), de preferencia Riesling o Pinot Blanc
1 naranja en rodajas (ellos la usan en dados pero así queda más lindo)
1/2 limón en rodajas (idem. Usé los limonsotes fragantes que hay en Cusco. Pueden ser los pequeños también.)
3 ramas de canela
2 estrellas de anís
50 gr. (1/4 de taza) de azúcar (como siempre, usé azúcar rubia)
1 cda. de miel de abeja (o más, al gusto)

En una olla mediana echar el vino. Taparlo y calentarlo, cuidando que no hierva aún. Añadir las rodajas de naranja y limón, la canela, el anís estrella y el azúcar. Remover delicadamente con una cuchara de palo. Calentar a fuego medio, removiendo a cada tanto. Cuando esté bien caliente, añadir la miel de abeja. Remover con cuidado hasta disolver.
Apenas llegue a ebullición, retirar del fuego. Tapar y reposar media hora. Calentar (sin que hierva) antes de servir.



NOTA PARA LOS LECTORES ATRAPADOS POR EL CALOR INSOPORTABLE 
DEL VERANO LIMEÑO

Después de reposarlo, se puede servir fresco! Con hielitos tal vez, en copas recién salidas del congelador. (De nada.)



Related Articles

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Buhhhh, todavía no hay post nuevo?

Alessandra Pinasco dijo...

Anónimo, tus deseos son órdenes. Me hizo falta el reclamo para ponerme las pilas.
Que tengas una buena semana!

Anónimo dijo...

Gracias!!!!!!